Ya hemos visto anteriormente que, aunque los relatos sobre un Arturo mítico, no rey y semidivino, son muy antiguos, cuando alcanzaron la verdadera fama dentro y fuera de Bretaña es con la aparición de la Historia Regum Britanniae de Geoffrey de Monmouth y su "novelización en verso", el Roman de Brut de Robert Wace.
La Historia tenía dos objetivos claros: El primero, "profundizar" en la historia de las Islas Británicas, que por aquel entonces era prácticamente desconocida. Y el segundo, legitimar la monarquía normanda en Inglaterra.
Cuando los normandos llegan a Inglaterra y vencen a los sajones en el S XI, Guillermo el Conquistador se convierte en el primer rey normando de Inglaterra. Sin embargo, durante los primeros años de su reinado sufre constantes rebeliones. Cuando consigue afianzarse en el trono, comienza una maniobra de conquista más completa, basada en quitar tierras a nobles descontentos y dárselas a sus favoritos, con lo que consigue afianzar también a su casa como casa real. Pero existe otra conquista más sutil de los normandos: La de la propaganda.
Los normandos son los que vuelven a traer a la memoria colectiva los mitos de Arturo, convirtiéndolo en un rey que defendió a Inglaterra de los sajones. Cuando los sajones vencen a los bretones, estos emigran al norte de Francia. Así, los normandos no son usurpadores del trono, sino los héroes que expulsan a los verdaderos usurpadores, los sajones. Y son, además, los descendientes del Rey Arturo.
El tercer rey normando de Inglaterra, Enrique I, es el que encarga a Monmouth la redacción de la Historia Regum Britanniae, incluyendo por supuesto la historia del Rey Arturo. Robert de Wace, protegido de Enrique II, "romancea" la Historia especificando más la descendencia de los Plantagenet y "Enriquizando" la figura de Arturo y de su corte. Enrique II y sobre todo su mujer, Leonor de Aquitania, son un motivo fundamental de la proliferación de textos artúricos en el S XII en Inglaterra y Francia, mediante el mecenazgo a poetas y escritores como el propio Chrétien de Troyes, que según algunos estudiosos se basó en ella para el personaje de la Reina Ginebra de sus novelas. ¿Y los propios Plantagenet? ¿Cómo utilizaron a Arturo más allá de las novelas? Eso, queridos niños, lo veremos en la segunda parte de este post.
Excelsior!
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